Por Daniel Caballo Méndez

“Es cierto que la técnica facilita, más y mejor que

nunca los montajes engañosos, pero también es cierto

que hoy son mucho más densos los controles tácitos

que imponen las prácticas democráticas sociales y

profesionales”.

              J. M. Casasús

Estamos viviendo una muy peligrosa crisis de la verdad  dentro de la gran crisis. La democratización de las cámaras (de fotografía y video), el afán de registrarlo todo siquiera como testigos de los hechos, que nunca puede aspirar a convertirlos en profesionales de la información; el deseo de los más altos responsables de los medios de comunicación en general de “amoldar” la verdad, su verdad, a la medida, y la testuz bajada ante la miseria de los “profesionales” que se automanipulan por alcanzar el sueño de poder decir algo diferente de lo que en realidad ocurrió, nos puede conducir al difícil camino donde converjamos todos como sospechosos si no somos capaces de llevar grabada a fuego la ética sagrada de la profesión y de descubrir y delatar a los que empiezan engañándose a si mismos y terminan haciéndonos caer en las trampas de sus mentiras durante el tiempo justo que tardemos en descubrirlos, que siempre llega.

Por Daniel Caballo Méndez

La tragedia del 11-M manipulada en medios de todo el mundo

Numerosas publicaciones de todo el mundo recogieron en sus portadas una fotografía de Pablo Torres Guerrero, publicada el 12 de marzo de 2004 en la primera página del diario El País sin alteración alguna, práctica que no llevó a cabo el tan prestigioso diario londinense The Times, tal y como se puede observar en la reproducción que mostramos a continuación, o los también diarios ingleses The Sun y Daily Mail, que  actuaron de igual manera.

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Portadas del 12 de marzo de 2004 de los diarios El País y de The Times, manipulada

Por Daniel Caballo Méndez

Dientes blanqueados

Las portadas de las revistas Semana, del día 14 de julio de 2004, ¡Hola!, del 15 de julio, y Lecturas, del 16 de julio, muestran la misma fotografía en la que aparecen la reina Sofía y la princesa Letizia, ambas con amplia sonrisa. A pesar de publicar la misma imagen observamos varias diferencias. En Semana no podemos apreciar retoque alguno en las dentaduras de las protagonistas, aunque invierte la imagen para evitar que la Reina, más alta que la Princesa, oculte parte de su cabecera. En la primera de Lecturas resultan evidentes modificaciones en sus dentaduras con el fin de mejorar su apariencia. Se aprecia cierto blanqueo y, un retoque en un incisivo de doña Leticia. ¿Inocente y cariñoso? Puede. ¿Se podría evitar y dejar que los lectores “gocen” de la realidad, esa realidad que a veces nos une a los humanos por nuestros pequeños defectos? En ¡Hola! ese efecto blanqueador es mucho más acuciado y el blanco de ambas dentaduras tiende al nuclear.

 

“Todos somos un poco esclavos de la prensa.
Maneja unas armas que pueden derrumbar
a una institución, aumentar su fama o llevarla
al ridículo” . (1)

Juan Carlos I

Por Daniel Caballo Méndez

Muy recientemente, nos comentaba un responsable de la revista Lecturas los “milagros” del photoshop y su alcance. Este profesional, valorado como uno de los más honestos en la prensa del corazón, reconocía haber caído en más de una ocasión en la tentación del pequeño e “inocente” retoque. Ahí surgió la discusión, ya tan cansina, de retocar sí o retocar no, poco o mucho. Citaremos solo algunos ejemplos, en uno y otro extremo, referidos a la realeza española, británica y monegasca en menor medida, por quedarnos con los que consideramos más significativos y siendo conscientes de que, como siempre, dejamos fuera muchos más.

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