Texto y fotos: Diego Caballo
En la parte de Kazajistán que hemos visitado, los sentidos no descansan. Empezando por su ciudad más habitada, Almaty, que ahora, con el tímido otoño, luce sus amplias avenidas de numerosos árboles, ya de colores amarillo y ocre, mientras van desfilando edificios modernos y soviéticos hasta llegar a la cercana
estación de esquí Shymbulak, para proseguir hasta El cañón Charyn y El valle de los Castillos, “tallados” por el viento, el agua, el tiempo…Después, el Kaindy Lake, un lugar de belleza única y singular.
Visitamos una villa aborigen, donde se reproducen la forma de vida y de lucha de los antiguos kazajos, y hemos podido apreciar su gastronomía, propia y de herencias ancestrales.
Nos queda mucho por hacer y por aprender - nos dice el responsable de Turismo y Promoción de esta zona, Aslan Konurkhanov – pero nuestro Gobierno, consciente del valor que representa el sector turístico, está apostando por potenciarlo, y por eso, - añade -, entre otras muchas cosas, Almaty, que se encuentra entre las mejores y más baratas ciudades del mundo para vivir, ha sido reconstruida en tres de sus cuartas partes,
además de dotar su estación de esquí, la más importante de Asia central, a 2.200 metros sobre el nivel del mar, hasta lograr convertirla en un destino ideal para los amantes de este deporte.
Almaty, etimológicamente, significa “abuelo de las manzanas” o sitio de las manzanas, pues de estas tierras brotó el árbol “Sievers”, antecesor de los manzanos, que posteriormente sería injertado para poder ofrecernos esta rica fruta de color rojo y sabor exquisito. Y de esta ciudad partimos para conocer otros lugares no demasiado lejanos.
El Lago Kaindy
Uno de los más bellos y sorprendentes es, sin duda, el Lago Kaindy, a poco más de 120 kilómetros de Almaty, con sus 400 metros de largo y 30 de profundidad en algunas partes, y a 2.000 metros sobre el nivel del mar. Este lugar, al que se accede, fundamentalmente, en coches todoterreno por la dificultad del camino, y antes de que empiece el invierno, ya que después es prácticamente intransitable, sufrió un terremoto en 1887, a
del cual se desprendió una barrera natural que se llevó por delante tierra, rocas piedras y arboleda, fundamentalmente pinos, que, sorprendentemente quedaron “sembrados” boca abajo en las aguas de color azul turquesa del lago, ofreciendo así un espectáculo único para el visitante. Colores esmeralda, verde, azul y sus reflejos combinados con rayos solares, parece indicarnos puntos exactos de belleza.
Cañón Lunar y Valle de los Castillos
Otra de las excursiones recomendadas es al Cañón Charyn, con más de 150 kilómetros cuadrados, pero solo con una parte visitable, y de ella la más famosa y a la que acuden un mayor número de turistas, el Valle de la Luna.
Es comparable al Gran Cañón del Colorado, según nuestra guía, más pequeño pero aún más bello – recalca mientras ríe -. Forma parte del Parque Nacional, cercano a la frontera china, a 3 o 4 horas de Almaty.
A lo largo de los siglos, el agua del río Charyn y el viento, fundamentalmente, han “esculpido” las rocas solitarias, libres de arboleda o matorrales, creando formaciones de diferentes tamaños que ofrecen al visitante sus tonos anaranjados con mayor o menor intensidad, según la hora del día en que se visiten y acantilados como heridas gigantes que muestran las entrañas rocosas.
El Valle de los Castillos, en la garganta del río Charyn, también nos sorprende con sus caprichosas formaciones rocosas. La soledad, lo inhóspito, el sonido del silencio interrumpido por el viento y la belleza natural de los “castillos” que se pueden admirar mientras se camina por sus senderos, es todo un espectáculo natural interrumpido a veces por algún ave rapaz en vuelo.
El pueblo de Huns
A solo 35 kilómetros de Almaty se encuentra el pueblo étnico Huns, heredero de los escitas (nómadas que basaban su forma de vida en el pastoreo nómada y en la cría y adiestramiento de caballos de monta). Un lugar ideal en el que se puede ver recreado el pasado nómada de los kazajos, que cambiaban de ubicación según la época del año.
Nos mostrarán su tremenda habilidad montando a caballo, que incluye simulacros de lucha y algunas ceremonias ancestrales, además del disfrute de su particular gastronomía, que incluye el cordero, sin olvidar la cabeza y la parte más preciada de ella, los ojos del animal; lengua de vaca, carne de caballo, leche de yegua y queso de sabor intenso y ácido.
Kazajistán, tierra de kazajos, que comparte fronteras con Rusia, China y otros países en la región de Asia Central, es el noveno país más grande del mundo, con una extensión de más de cinco veces España, pero con menos de la mitad de habitantes, entre los que conviven musulmanes, que forman la mayoría; católicos ortodoxos y, en menor medida, cristianos protestantes, intenta abrirse al mundo a través del mejor escaparate posible, el turismo.
Espectáculo de cetrería
A las afueras de Almaty nos ofrecen una demostración de cetrería que nos permite contemplar y admirar el magnífico adiestramiento de las aves rapaces, su forma de caza en vuelo y en tierra y la obediencia al cuidador que con apenas unos gestos consigue que el animal aterrice en su brazo enguantado.
En nuestros desplazamientos por carretera hemos podido comprobar el esfuerzo e inversión que están haciendo para conseguir avanzar con cierta rapidez en la creación de infraestructura en el sector turístico.
Hacia nn destino turístico de referencia
Según Aslan Konurkhanov, el responsable de Turismo de esta zona, Almaty es la parte del país de mayor afluencia turística de Kazajistán, entre otras cosas, por la cercanía de su aeropuerto, su reserva natural, a solo poco más de 3 horas de distancia en coche, y a que en estos momentos se está desarrollando el turismo de montaña, con un Plan Máster que incluye más de diez puntos diferentes, para que en el 2025 estén listos 13 nuevos complejos de montaña, gracias a lo cual esperan que el número de turistas se incremente de forma considerable y para que en unos años seamos una referencia y un destino turístico a nivel mundial.
Señaló también que agilizarán los trámites para que el visado resulte mucho más fácil para el viajero, que la página de Turismo aparecerá también en español, y destacó que el modelo español es una referencia para ellos por ser una de las primeras potencias del mundo y que por eso estarán presentes en FITUR la próxima edición 2020.
Vemos escrito en los márgenes de la carretera “Kazajistán 2050”. Esa es su meta – nos dice la guía -para lograr que el país esté entre los 30 primeros países desarrollados del mundo.
En Kazajistán, donde dice un refrán que se es amigo tras compartir la primera comida, donde el sueldo medio está entre 400 y 500 euros y donde un litro de gasolina cuesta un poco más de 200 tengues (50 céntimos de euro, aproximadamente), queda mucho por hacer de cara a convertirse en una potencia a ser tenida en cuenta en el sector turístico mundial, pero parten con gran ventaja por las enormes posibilidades que ofrece este país hospitalario en el que ya, en el mismo aeropuerto, ofrecen al visitante un cesto de manzanas y una sonrisa de bienvenida.
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