Texto y fotos: Diego Caballo
La gran mayoría de las guerras, desgracias y disputas se han producido siempre, y se siguen produciendo, debido a dos factores fundamentales: las herencias y las religiones (no sé muy bien cuál va primero), y de eso sabe mucho el Rin; grande, con sus 1.233 kilómetros; orgulloso de ser la vía fluvial más utilizada de la Unión
Europea, caudaloso y por eso navegable a lo largo de casi 900 kilómetros entre Basilea (Suiza) y el Mar del Norte; frontera entre Alemania y Francia, y testigo de disputas geográficas y guerras.
Fráncfort
Este viaje, que nos ha permitido visitar la Selva Negra alemana y Alsacia, dio comienzo en Fráncfort, ciudad histórica y bella, que luce su esplendor entre las aguas de los ríos Rin y Meno, su principal afluente.
Para ver Fráncfort, si no se dispone de mucho tiempo, aconsejamos una visita panorámica, acompañados por un guía local, que nos irá datando sus avenidas, edificios y monumentos más importantes, mientras el autobús hace su recorrido. Más tarde, seguro, encontraremos tiempo para pasear por el corazón de la ciudad.
Con sus 750.000 habitantes, Fráncfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), nos ofrece la posibilidad de visitar algunos de sus 40 museos, disfrutar de sus numerosas zonas verdes, formada por una veintena de parques, encabezados por el que está dedicado al famoso banquero Rothschild; tranquilidad y buena calidad de vida y la posibilidad de conocer algunos de sus 70 bares y restaurantes españoles, que forman una colonia importante entre sus habitantes, con 182 nacionalidades diferentes.
Podemos empezar por la iglesia de San Pablo, o por el museo judío, donde estuvo el gueto, de tan triste recuerdo y donde nació y murió, quizás, el banquero más importantes del mundo, Mayer Amstel Rothschild, quien dio origen a la dinastía familiar más influyente del mundo de las finanzas; podemos recorrer sus calles y centro histórico, libre de tráfico; disfrutar de sus terrazas y observar el lugar donde se estableció la primera bolsa de comercio del mundo en 1585.
Fráncfort es una ciudad poderosa porque es financiera, pues tiene la bolsa más importante de Alemania y tercera del mundo.
Heidelberg
Esta ciudad, bañada por el río Neckar, que desemboca en el Rin, muy bien conservada porque, al parecer, no fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos, que quería que le sirviera como centro de operaciones después de la guerra.
Cuenta con la universidad más antigua del país y una de las más antiguas de Europa, fundada en 1386. Podemos disfrutar de su centro histórico, con su gran zona peatonal y donde se encuentra la iglesia del Espíritu Santo, que es la más conocida, y que en el pasado albergó la famosa biblioteca Palatina, de donde fueron robados durante la guerra de los Treinta Años sus manuscritos e impresos pertenecientes al príncipe del Palatinado Maximiliano I, para regalársela al Papa. Su Plaza del Mercado, el Puente Viejo, el Ayuntamiento y su Palacio forman una ruta para disfrute del visitante.
En otra iglesia, la de San Pedro, que es la más antigua, al parecer construida antes de la fundación de la ciudad hace 900 años, están las sepulturas de Marsilius von Inghem, fundador de la Universidad, y su esposa, únicas tumbas originales que quedan de las que existieron pertenecientes a nobles del Palatinado.
De Baden-Baden a Estrasburgo.
Baden Baden (baden significa baño)
Sobre las laderas de la Selva Negra, fluyen un millón de litros de agua diarios, a 70 grados de temperatura, provenientes de numerosos manantiales, que abastecen sus dos balnearios más solicitados: Termas Caracalla y Friedrichsbad, considerado este último como uno de los más lujosos y modernos de Europa.
La vista no descansa mientras vamos caminando para ver su lujoso Ayuntamiento, la iglesia, el casino, uno de los más lujosos del mundo; una gran galería de columnas corintias, estatuas, verjas y el paseo que discurre a orillas del río Oos, en el corazón de la ciudad balnearia, conocida a nivel mundial, con sus preciosas villas modernistas y grandes jardines multicolores.
Otrora considerada la capital del veraneo de Europa, Baden-Baden, al suroeste de Alemania y cerca de la frontera con Francia, es, fundamentalmente, turismo de balneario y bienestar, con su famosa ópera, primera en Alemania y cuarta en el mundo, que se ha sabido adaptar a los tiempos modernos y conservar su perfume y glamour de siempre.
Estrasburgo
Declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Estrasburgo es una de las ciudades más hermosas de Europa, con su barrio de la pequeña Francia, (Petit France), sus casas pintorescas alsacianas, de decorados y coloridos balcones, su zona peatonal, la catedral y su paseo peatonal arrullado por el agua que corretea por sus canales.
En pugna entre Francia y Alemania, perteneció al imperio alemán hasta el siglo XVII para luego, en menos de un siglo, cambiar cuatro veces de nacionalidad. La gran rivalidad entre ambos países ha sido la causa de tantos conflictos políticos, que luego arrastraron a terceros países.
Sus habitantes son estrictos con el medio ambiente, orgullosos de sus tranvías, con 16 líneas, de sus más de cien mil bicicletas, como principal medio de transporte, y rigurosos en los semáforos. Los nombres de sus calles están en francés y su traducción al alsaciano.
A pesar de que esta ciudad, símbolo de la reconciliación europea, que aloja instituciones comunitarias, fue pasando de mano en mano, o quizás gracias a ello, Estrasburgo, fronteriza, testigo de tantos enfrentamientos políticos, ofrece al visitante interesantes monumentos, como la catedral Nuestra Señora de Estrasburgo, el edificio más alto del mundo cristiano desde el siglo XV al XIX, con mezcla y esencias de Alemania y Francia.
Estrasburgo es su casco antiguo, sus callejuelas medievales, monumentos históricos, que son historia misma; su plaza Kleber, céntrica, con sus exclusivas tiendas, que es como el punto de encuentro para los que se pierden por el embrujo de sus calles.
Su catedral nos permitirá adentrarnos en el arte alemán, ejemplo del gótico y símbolo de convivencia del arte germano-galo en artística armonía. Su púlpito, espectaculares relieves, su reloj astronómico, que es una de las grandes maravilla de Estrasburgo y del mundo, con su sistema de computación para calcular las fases lunares o el calendario y sus desfile de autómatas, que representan a los apóstoles caminando frente a Jesucristo, es un conjunto de arte y ciencia del s XVI.
Y si visita Estrasburgo en diciembre, se verá conducido por las tradiciones navideñas, que engalana y decora la plaza Kleber, donde un inmenso árbol navideño de 30 metros de altura ofrece a sus habitantes de la ciudad depositar regalos para los más pobres sin dejar de pasear por sus puestos navideños entre música de villancicos.
En su Gran Vía número 126, Claude Joseph Rouget de Lisle escribió La Marsellesa en 1792, primero llamada Canción de Guerra, prohibida en ocasiones e himno nacional francés hoy.
Colmar y Friburgo
En el nordeste de Francia, próxima a la frontera alemana, en la ruta de los vinos de Alsacia, Colmar es, entre otras muchas cosas, símbolo cervecero, origen de las palomas mensajeras y lugar de nacimiento de Frederic Augusto Barthold, escultor de la Estatua de la Libertad, que sería después un regalo de Francia a Estados Unidos, para muchos la escultura más conocida del mundo, ubicada en la entrada del puerto de Nueva York.
Aquí también puede perderse el visitante por entre sus adoquinadas calles, que exhiben edificios del medievo y de principios del Renacimiento, así como admirar la colegiata de San Martín, del siglo XIII, entre otras muchas cosas.
Friburgo
Es la capital natural de Selva Negra, ciudad verde, universitaria y medieval, con sus pintorescos canales, donde juegan los niños con sus barquitos. Gobernada por los verdes, con San Jorge como patrón, Friburgo exhibe pintados en el suelo los símbolos de los diferentes gremios, salvo en la casa del verdugo, donde lo que podemos ver es la figura de un gato negro, símbolo de la mala suerte.
En la plaza de la antigua sinagoga, quemada y masacrada, ahora hay una fuente conmemorativa con las mismas dimensiones y en la misma ubicación geográfica que aquella, donde sus habitantes y visitante multiétnicos conviven en paz.
Friburgo exhibe orgullosa su catedral, de estilo gótico, con su aguja de 116 metros. Nos ofrece visitar la casa donde murió Erasmo de Roterdam, además de ser sus alrededores el sitio ideal para practicar el senderismo
Constanza y su lago
En Constanza, al sur de Alemania, fundada por los romanos y llamada así en honor de su emperador Constantino, podemos visitar su barrio medieval Niederburg, donde está ubicada su catedral, de estilo románico, que se empezó a construir en el siglo XI y que después terminaría con mezcla de gótico y barroco.
Constanza, muy bien conservada gracias a que no fue bombardeada en la II Guerra Mundial, ya que pertenecía a Suiza, que era neutral, nos permite ver los delicados frescos de su ayuntamiento y su patio renacentista, además del Rosgartenmuseum, que nos repasa la historia de la región desde la prehistoria hasta el presente.
El Lago Constanza, con sus 63 kilómetros de largo, alimentado por el río Rin, hace frontera natural entre Alemania, Suiza y Austria. Está rodeado por ciudades turísticas y es un gran destino veraniego para la navegación, el surf y la natación.
Estamos en el corazón de la Selva Negra. Los márgenes de las autopistas están cortados en cuidada armonía, los campos son verdes, los árboles altos, buscando la luz, y las amapolas rojas, como pompas efímeras hechas de sol y viento.
En nuestra travesía fuimos sorprendidos por la feliz ocurrencia de nuestra guía, que nos puso los últimos acordes del último movimiento de la cuarta sinfonía del sublime Bethoven, himno de la UE, de la reunificación alemana y símbolo de la paz y entendimiento en libertad, que tanto necesita el mundo.
Gutach
Es un municipio enclavado en el valle del mismo nombre, en plena Selva Negra, que es la mayor extensión de masa forestal de Alemania, con el embrujo de sus cascadas y sus pintorescas casas a cuatro aguas, que cobijaban familias, animales y alimentos, como principal reclamo turístico.
Aquí existe una colonia de pintores que dedican sus obras a todo lo relacionado con el entorno, como las casas, los trajes regionales, que incluye el sombrero pintoresco de pompones, y las costumbres paisajes de la zona.
Cataratas Tribeg y el lago Titisee
Estas cataratas, con un descenso de 163 metros, es uno de los grandes atractivos de la Selva Negra, que podemos ir admirando mientras ascendemos para alcanzar sus diferentes saltos para luego descender y seguir disfrutando de su valle y la ciudad que aloja.
El Lago Titisee, también el sur de la Selva Negra, tiene una superficie inferior a 1,5 kilómetros cuadrados y una profundidad media de 20 metros.
Tubinga
Esta ciudad está situada a orillas del río Neckar, con una población joven, predominantemente universitaria gracias a su Universidad pública, que es una de las más antiguas de Alemania y de gran prestigio y reconocimiento nacional e internacional, fundamentalmente en áreas del saber como Humanidades, Medicina y Ciencias Naturales, campos en los que algunos de sus antiguos alumnos consiguieron el premio Nobel.
Alemania, después de una historia azarosa y milenaria, que pasó por su unificación y la creación del Imperio alemán el 18 de enero de 1871, reuniendo diversos estados hasta entonces independientes, y culminando con la reunificación en 1989-90, que ahora engloba 16 estados federados, es, indudablemente, la gran potencia de la Unión Europea (UE).
Con el Turismo y la Industria como principales vías de financiación, cuidan mucho el medio ambiente y tienen una alta tasa de reciclaje, entre otras cosas, debido a la exigencia de los Verdes, que forman parte del Gobierno.
No son muy partidarios de la inmigración, pero la toleran y facilitan porque lo necesitan debido al envejecimiento de la población. Su tasa de desempleo es baja pero con un exceso de minijobs.
Este viaje fue organizado por la Comunidad de Madrid para personas del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), y gestionado, en nuestro caso, magníficamente, por la agencia de Halcón Viajes, situada en la Avenida Juan Carlos I de Leganés
Pies de fotos:
Fráncfort 1, 2 y 3
Heidelberg 4
Baden-Baden 5, 6 y 7
Estrasburgo 8, 9 y 10
Colmar y Friburgo 11, 12 , 13, 14, 15, 16 (en la 16 van puestos los nombres)
Lago Titisse 17 y 18
Tubinga 19 y 20
Cataratas 21 y 22
Selva Negra 23, 24, 25, 26, 27