Texto y fotos: Miguel Casas (GUÍA MIGUELÍN)
Esta pequeña taberna del Barrio de Arguelles, es uno de los lugares que uno no se puede perder. Sus propietarios actuales son los hermanos Jiménez. En un principio eran cuatro: Pepe, Julián, Basi y Curro, pero Julián hace tres años, que por culpa de un maldito cáncer, les abandonó.
Inicialmente, los propietarios fueron Cándido y Marcela, los progenitores de los cuatro, los que enseñaros el oficio a sus hijos, especialmente su madre, que tiene una mano en la cocina, a sus 83 años, que para mi la quisiera.
Los hermanos Jiménez son como los tres mosqueteros, cada uno tiene su parcela: Pepe en su minúscula cocina, ahí no deja entrar a nadie. Basi en la barra por la mañana, es el que se encarga de los desayunos y de maetre sala, durante las comidas y Curro, desde las 12 es el Jefe de la Barra.
El local es pequeño, se accede bajando unos escalones y te encuentras de frente, con una barra muy bien dotada, unos cuantos jamones colgados del techo y chacinas de primera calidad. El jamonero, es un gancho, que cuelga del techo y cortan el jamón a pulso, con gran maestría, en lonchitas finitas.
Tiene siete mesas, al otro lado, en la zona de comedor, se come a gusto, sin sensación de agobio.
La cocina que hace Pepe es la tradicional de mercado, maneja como nadie los cuchillos, estuvo trabajando muchos años en un despiece de carnes y es un maestro preparando, por ejemplo las manitas de cordero, que las deshuesa y las hace en tomate natural, acompañadas de unos huevos fritos (con puntilla), especiales para saltarse el régimen.
No tiene menú de día, si bien suele preparar de lunes a jueves un plato de cuchara, destacan los garbanzos con callos.
Tiene una carta corta, pero muy sabrosa. Se puede empezar con un buen jamón y un plato de tomate natural, que está de lujo, ensaladilla rusa, tomates con ventresca, champiñon ajillo, morcilla de arroz, chorizo frito y patatas ali oli.
El plato estrella, son los humildes huevos fritos, con jamón del bueno y patatas recién hechas.
De pescado, los chipirones en su tinta y algún pescado, que se le antoje comprar, como por ejemplo el pez espada.
De carnes: el conejo y el pollo ajillo, albóndigas en salsa, solomillo de cerdo cocinado en salsa de tomate y el entrecot troceado.
De postre, aparte de los normales, Basi es una persona, que está inventando todo el día y ha conseguido un postre que nos pone a los parroquianos, que sus componentes y su originalidad, merecen premio. Se trata de un bombón de chocolate negro, cortado por la mitad, que lleva encima un trozo de jamón ibérico. Se come junto y la explosión en boca de ambos, es una delicia.
La bodega ha mejorado mucho, además del Beronia de siempre, Ramón Bilbao, Bodegas Roandi, tiene toda su gama, Castillo de Aza y Silar.
Cierra sábados tarde y domingos.
Precio medio 25 €.
Quintana, 17.- Madrid
Teléfono 915471949