Texto y fotos: Miguel Casas (GUÍA MIGUELÍN)
Está situado en el Barrio de Salamanca, su inauguración fue a principios de los años cuarenta del siglo pasado. Su primer propietario fue Juan Felipe, hombre afable y bonachón, de considerable peso, apodado por los clientes y amigos “El Turco”.
Fue un innovador al atreverse a preparar la fabada con langosta y después con mariscos. Con él trabajaba Ángel Pérez y desde 1988, es su actual propietario. Lo ha llevado hasta 2017 y por jubilación, ha pasado el testigo a su hijo Miguel Ángel, que trabajaba con él, desde hace años.
Recuerdo que fui a comer por primera vez, porque le escuché en una entrevista radiofónica con el inolvidable José Luís Pécker, que tenía un programa a medio día sobre lugares donde comer a un precio razonable y naturalmente, la entrevista versó sobre la fabada de mariscos y la fabada de langosta. Me picó la curiosidad y fui a conocerlo, eso fue a finales de los años setenta y me hice cliente.
Hace poco pasé por allí y parece que los años no han pasado, sigue todo igual, el bar y el pequeño comedor con sus dieciséis mesas y sus paredes decoradas con las fotos y camisetas firmadas por los jugadores del Atlético de Madrid (no puede evitar, que es colchonero). En la actualidad tiene más de 2500 camisetas de todos los equipos y dos rincones diferentes, uno dedicado al Real Madrid y otro al Atlético de Madrid.
La cocina es casera con reminiscencia asturiana. Sus platos estrellas y por lo que se conoce a El Tulipán, es por la fabada de mariscos, con cigalas, nécoras, gambas y almejas y las verdinas con langosta, judía algo más pequeña de tamaño que la fabe y de color verdoso, de ahí, toma su nombre.
Ángel tiene una huerta en un pueblito de Madrid, donde cultiva productos que utiliza en el restaurante.
Todos los días hace un plato de cuchara, muy apreciado. Los martes el cocido, los miércoles la menestra de carne, los jueves el guiso de patatas y el viernes el lacón con grelos.
En verano suele tener buenos cangrejos de río hechos con tomate y un toque de picante, así como ancas de rana rebozadas.
Su carta no es extensa. Se puede empezar con un poco de marisco: cigalas a la plancha, carabineros, buey de mar o un poquito de colesterol como los sesos rebozados y las mollejas de cordero con ajito. En temporada setas, pimientos asados y lo que recomiende de la huerta.
De pescados: los salmonetes, el bonito y el bacalao con tomate, el besugo a la espalda y el salmón a la parrilla,
De carnes, el solomillo, el entrecot y la paletilla de lechal al horno, que las sirve en una fuente de barro.
Para terminar un postre casero y algo de tiempo para dar un buen paseo y bajar la comida.
La bodega es discreta, con referencias de La Rioja y La Ribera del Duero.
Cierran lunes todo el día, martes y domingo en la noche.
Hay dos turnos de comida a las dos y a las tres y media.
Precio 35 €.
General Díaz Porlier, 59.- teléfono 914025027. – Madrid.