Texto y fotos: Miguel Casas (GUÍA MIGUELÍN)
En 1702, un tal Pedro López, es el propietario de una fonda y casa de postas, situada en el camino de Irún, cuyo nombre no se conoce. Tiene una hija llamada Pascuala, que contrae matrimonio con Pedro Guiñales López, en 1825 y a la fonda la cambia el nombre por “Casa de la Pascuala”, tienen varios hijos uno de sus hijos, Juan Guiñales, se hace cargo de la fonda y la vuelve a cambiar de nombre, por el de su mujer “Casa de la Silvestra”. Consolidándose como parada y fonda obligada de los viajeros, camino del norte.
En 1940, otro Pedro Guiñales, nieto de Juan y padre del actual Pedro, lo cambias de nombre por “Casa Pedro”, que es el que tiene actualmente. La carretera N-I pasaba por su puerta y era conocido por los buenos conejos que preparaba y platos de caza. Con él, trabaja su hijo Pedro, que se hace cargo del mismo, en el año 85, a la jubilación de su padre. Amplia y pone al uso, la zona de la Bodega, que es una joya. Con la ayuda de su
mujer, redecora comedores y actualiza las piezas antiguas de la casa (palanganas, cisternas, etc), para su uso. Es un sitio muy agradable, que te hace trasladarte en el tiempo, a la época de su fundación. Pedro se ha jubilado y ha cedido el testigo a su hija Irene, que lo gestiona en la actualidad, pero él sigue por ahí, ayudando, tomando las comandas y charlando con sus clientes, que la gran mayoría son amigos.
Desde 1950, el Pueblo de Fuencarral se anexionó a Madrid y es un barrio cada vez más céntrico, que ha sufrido una gran transformación y más cuando se desarrolle el complejo de la Operación Chamartín, que le toca de lleno y por fin tiene luz verde.
De esta época (siglo XVIII) quedan dos edificaciones singulares, que son La Casa Grande y Casa Pedro, ambas situadas en la misma calle.
En la fachada de Casa Pedro, llama la atención el escudo de armas, propio de las casas de postas. Se accede al local a través de una puerta de dos hojas de madera que comunica con la barra del bar.
La pared de frente a la barra está cubierta con azulejos serigrafiados de algunos de los personajes públicos que han pasado por allí, desde su Majestad el Rey, a conocidas figuras del cine, de los toros y las bellas artes.
Su decoración es tipo mesón, muy cuidada en sus diferentes salones. Sus paredes son de ladrillo visto y los techos con vigas de madera. Destaca la zona abovedada, muy típica por cierto en la arquitectura castellana.
La cocina es pura castellana, con platos típicos madrileños como los huevos a la flamenca, el revuelto de pisto y morcilla, los huevos fritos con jamón ibérico, las manitas de cerdo, los sesos y las mollejas de cordero, los escabeches y los guisos de temporada.
De pescados suele tener buena variedad y su oferta depende del mercado, siempre tiene merluza que la hace de varias formas y el bacalao en salsa de almendras.
De carne los asados en horno de leña de cordero y cochinillo y las piezas tradicionales de carne roja, como el solomillo y el entrecot, las chuletillas de lechal, el cochinillo al ajillo, el rabo de toro y de caza la perdiz y el conejo al ajillo.
De postre algo casero, el soufflé que conviene encargarlo antes, la leche frita quemada con anís, el flan de huevo y las natillas.
La bodega es espectacular, su afición a los vinos proviene de 1796 cuando Pedro, un nieto del fundador, empieza a elaborar con uva garnacha, vinos que vendía en la Casa de Postas. Actualmente Pedro tiene su propio vino, independientemente de poseer una magnífica “sacristía”, con referencias y añadas, de lo mejor. Alguien me ha contado que en la guerra de la Independencia, los caños de la bodega sirvieron para esconderse los defensores de Madrid y darles serios disgustos a las tropas del general Murat.
Actualmente en su bodega se hacen cursos de cata y se elaboran menús de maridaje en un salón especial habilitado para ello.
El Ayuntamiento de Madrid, le concede una Placa de Bronce, que la tienen situada en la entrada principal, que dice EL AYUNTAMIENTO DE MADRID AGRADECIDO POR LOS SERVICIOS A LA CIUDAD.
Precio medio 45 €.
Hay servicio de aparcacoches.
Cierran el domingo noche.
Nuestra Señora de Valverde, 119.- Teléfono 917340201.-Madrid