Texto y fotos: Miguel Casas (GUÍA MIGUELÍN)

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Está situado en la zona de más caché del Barrio de Chamberí. Se inauguró en 1973 y su primer propietario fue Sebastián Criado Sotomayor, un referente de la alta sociedad del momento. En el año 2002, lo compran los hermanos Lorenzo, Fermín y Sebastián, propietarios de la Cafetería Almagro, que darán al local un toque de modernidad en la

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cocina, conservando la impronta de siempre. Desde hace casi dos años, están al frente del negocio, el matrimonio formado por Fermín e Isabel, que junto a su equipo, siguen trabajando para que Mazarino siga siendo un local de referencia en la gastronomía madrileña.

Desde su inauguración fue un conocido Pub de Copas, lugar de encuentro de varias generaciones de jóvenes y no tan jóvenes, donde en un ambiente fino y agradable, se ligaba estupendamente bien. Actualmente siguen conviviendo las distintas generaciones, desde el señor jubilado que pasa a diario a tomarse el café y de paso que Antonio, le repase los zapatos, hasta los jóvenes universitarios que se juntan para intercambiar apuntes y ejecutivos que cierran sus negocios.

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Fermín e Isabel han rejuvenecido el local, con una estudiada decoración. Han pintado en tono claro, la barra la han mantenido, resaltando los elementos metálicos, los muebles los han tapizado, buscando el contraste, destacando el cuadro de Mazarino y el carisma de tipo Pub Inglés, e introducen una variable en la restauración, además de su habitual carta, ofrecen una pequeña carta de tapas y pinchos para cenas informales. Igual puedes pedir una tapa tomando un vino, una copa de champán francés o un gin tonic en su amplia barra, como sentados en unos cómodos sillones con sus mesas bajas. En la planta primera está el comedor con otra barra, que lo hace idóneo para cócteles y celebraciones privadas. Es polivalente por las tardes-noches.

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Cabe destacar que, durante el aperitivo del mediodía o tarde, con cada consumición sirven varios aperitivos siempre fijos y, además, cada ratito, pasan bandejas con canapés variados.

En agosto de 2006, tienen la fatalidad de sufrir un grave incendio, que dejó el local totalmente destruido. Durante seis meses lo rehabilitaron para dejarlo igual que estaba, incluido el cuadro del Cardenal Mazarino, que preside la pared frontal del establecimiento. Sus paredes están forradas de maderas, con espejos y cuadros clásicos de este tipo de establecimientos. Quizás lo que más llama la atención, es la majestuosa escalera con su barandilla tallada y la lámpara de bronce y cristal, que comunica con los comedores de la primera planta.

La cocina es de mercado con toques renovados y utilizan productos frescos de temporada. De ella, se encargan los Chef Ana María y Francisco Gordo.

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Ofrece una buena variedad de tostas, de jamón ibérico con tomate, de anchoas de Santoña, de tira argentina a la parrilla, de solomillo ibérico con cebolla confitada, de merluza de pincho a la romana o un montado de solomillo de ternera, que es la estrella de la casa.

También, una buena variedad de tapas, para los que quieran cenar de manera informal o más ligero, unas clásicas como: la tortilla española, los callos a la madrileña, el pulpo a la brasa y otras más sofisticadas como: el Steck tartar, el atún rojo con poché de verduras y las alcachofas con lascas de parmesano.

De lunes a viernes, al mediodía, hay un menú del día, pensado fundamentalmente para ejecutivos que trabajan en la zona y necesitan reserva de mesa, compuesto por cuatro platos de primero más cuatro platos de segundo, a elegir con postre y bebida a 19 €.

Las fiestas y los fines de semana, a mediodía, hay un menú especial con platos de la carta, pensado para encuentros familiares de fines de semana, a un precio de 28 €.

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La carta es amplia; como entradas, para compartir, ensaladas como las de perdiz, la de rulo de cabra, la caprese y algunas más. El arroz es otra posibilidad, secos o caldosos, los preparan para un mínimo de dos personas.

De pescados destacan: las delicias de merluza de pincho con refrito de gambas, chipirones a la plancha con habitas y ajada, lenguado y atún rojo.

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De carnes, además de los cortes clásicos, preparan para dos personas la carne roja trinchada y el solomillo trinchado con ajitos fritos.

Los postres son caseros: tiramisú, leche frita, mousse de chocolate, tartas templadas de manzana o la de queso con mermelada.

La bodega es buena con referencias interesantes de La Rioja, Ribera del Duero, Madrid y Toro.

Mazarino como Pub consolidado, también destacan por la coctelería, los combinados y la profesionalidad de su equipo humano.

Disponen de terraza, climatizada para invierno-verano.

Precio medio de carta 35 €.

Eduardo Dato, 13 Madrid.                                                                

Teléfono 913080298 

                                                                                  


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